Una lavadora a presión se basa en un sistema de sellos y válvulas para controlar y dirigir el flujo de agua desde la entrada a la bomba, luego a la salida y a la boquilla de limpieza. Cuando los sellos de agua están en buenas condiciones, proporcionan una barrera fuerte que evita que el agua se filtre hacia la cámara de aceite de la bomba.
Sin embargo, a medida que los sellos de agua se desgastan (debido al uso general, al envejecimiento, a la corrosión o a un mantenimiento inadecuado), pueden empezar a crear pequeños huecos o grietas. Cuando esto sucede, el agua puede comenzar a filtrarse a través de estos espacios y mezclarse en la cámara de aceite. provocar contaminación de agua en el aceite, lo que puede degradar aún más el rendimiento de la bomba.
El aceite de la bomba debe permanecer puro y libre de contaminantes para lubricar las piezas móviles de forma eficaz. Una vez que el agua ingresa a la cámara de aceite, reduce las propiedades lubricantes del aceite, lo que provoca una mayor fricción, sobrecalentamiento y, potencialmente, daños graves al mecanismo de la bomba. Por lo tanto, se recomienda inspeccionar y reemplazar periódicamente los sellos de agua cuando sea necesario para garantizar el rendimiento óptimo de la hidrolimpiadora.
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